Llega fin de año y es inevitable no pensar, reflexionar, imaginar. Es inevitable no hacer un balance.
Como no me sale ir en contra de lo inevitable, hice mi balance.
Me senté en una confitería cerca de una ventana y mientras le hacía al mozo la seña mundialmente conocida como “un cortado”, puse gesto adusto en mi cara y me dispuse a realizar mi evaluación.
Me esperaba un trabajo duro por delante, habían pasado casi 365 días, casi 8760 horas y otros tantos minutos. Las preguntas eran; ¿Por donde hay que empezar?, ¿Hay que contabilizar lo bueno primero o dejarlo para el final?, ¿Por qué este señor tarda tanto en traerme el cortado?.
Ya más tranquilo cuando el buen hombre acercó mi infusión, hice todo mi esfuerzo para comenzar con la difícil tarea.
Muchas cosas aparecieron por mi cabeza; algunas buenas, otras malas, inocuas, transparentes, inofensivas, difíciles, y de otro tipo de calañas.
Sin embargo, algo hacía mucho ruido y tenía que ver con el concepto de cambio. En ese mismo momento me di cuenta que básicamente en eso se resumía todo.
Había que cambiar, pero no cambiar porque las cosas estuviesen mal, sino cambiar porque eso implica movimiento y el movimiento esta directamente ligado con otras palabras como: avanzar, superar, mejorar, crecer, progresar.
Hay mucha gente que piensa que si las cosas están bien así como están, no hay que hacer nada para que cambien. No soy uno de esos. Nadie va a buscar estar peor, pero hay varios que tampoco van a estar mejor, por el simple hecho de quedarse en lo confortable y fácil de la quietud.
Creo que en esas personas se puede reconocer el miedo. El miedo paraliza, te deja quieto. No te deja evolucionar, prosperar, perfeccionarte.
En este año que se viene, decidí que la voy a jugar de valiente, que voy a mirar a los ojos a la inmovilidad y voy a tratar de vencerla. De demostrarle que no soy presa fácil.
Para ganarle, algunas cosas tienen que pasar; este blog tiene que cambiar, yo tengo que cambiar, cada uno tiene que cambiar, el mundo tiene que cambiar.
De esa forma estaremos en movimiento y tal vez, cuando el año que viene me siente a hacer mi balance, el mozo me traiga más rápido el café.
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1 comentario:
Y tal vez, la próxima vez te pidas un té...sorry, es un comentario inocuo, fácil, pero infaltable.
Perdón y gracias.
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