sábado, diciembre 16, 2006

La esperanza hecha trizas.


Finalmente, y por primera vez en casi tres meses de incertidumbre, suena la voz de alerta desde las altas fuentes del gobierno.
Si, es que por primera vez, se considera posible el hecho de que Jorge Julio López, el principal testigo en la causa por violación de derechos humanos que se lleva a cabo contra el ex represor Miguel Etchecolatz, haya sido secuestrado.
Hasta ahora se barajaba la posibilidad de que el mismo López hubiese decidido desaparecer de los sitios que solía frecuentar. Sin embargo, la gran mayoría tuvo desde el inicio, una visión menos alentadora y más “desafortunadamente posible” de lo que se supone sucedió con él.
El tono de alerta inevitable pero esperanzado por parte del gobierno, va en declive, y esto puede notarse en las declaraciones del ministro de seguridad de la provincia de Buenos Aires, León Arslanian en la radio platense FM Cielo: "probablemente" hay cada vez menos esperanzas de que López siga con vida.
Claro, sucede que uno puede irse de su hogar durante unos días, pero dos meses y medio son demasiado tiempo fuera del cobijo natural. Y resulta más preocupante aún por el personaje de López en sí, por su pasado, y sus declaraciones aún actuales.
Esperamos que aparezca pronto y con vida. Al menos ese es mi deseo. Creí que treinta años habían sido suficientes para que los dinosaurios de los que hablaba Charly García desaparecieran definitivamente. Evidentemente me equivoque. Siguen desapareciendo los amigos del barrio, y van…

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