Alto Nivel

Ir a un shopping de recoleta ó pasar media hora tomando un café en la estación de servicio más TOP de la Ciudad de Buenos Aires, te permite ver esa porción de la población (incluyendo a los countries del conurbano) con cierto nivel económico y escasa noción del buen gusto, normas de comportamiento y, sobre todo, quienes se demuestran totalmente invulnerables ocultándose detrás de sus anteojos fashion y gestos dignos de cualquier anuncio publicitario, o detrás de sus mp3 mientras cantan a viva voz para que todos nos enteremos lo que está escuchando, ó simplemente, detrás de sus cirugías plásticas, que les otorga el carné de ingreso a éste peculiar gueto.
Integrantes de la aristocracia de Buenos Aires, tengan a bien interpretarme que no es a ustedes a los que hago referencia, muy por el contrario, a los que se quieren parecer…
Claro que si uno plantea esto, lo tildan de “cerrado”, “aburrido”, “antiguo” y vaya a saber cuántas cosas más; siempre hay excusas para que el ser humano cometa errores y se vea seducido por el pecado…pero lo que debe haber también es culpables. Como dijo algún político ignorante: lo importante no es la corrupción sino la impunidad.
Cuestión, que uno sabe muy poco del tema y se limita a intentar contar lo que siente, lo que ve…¿alguna vez vieron un Monet? A medida que uno se acerca, eso que parecía hermoso, se va desfigurando… observen, hagan la prueba y verán que es cierto.
Hemos sido derrotados por un nuevo poder, el del consumismo. Y debe ser el más peligroso, porque se oculta en lo supuestamente bello, en lo sano, en objetos de nivel que no hacen más que mostrarnos cuán parecido a las monas somos…
Qué se yo. Tal vez se trate de relajarse y disfrutar las cosas como vengan, y que no importe el futuro sino sólo el momento. O por el otro lado, todo sea esfuerzo y lucha diaria, sufrir por cada momento que creemos perder sin disfrutar así de casi nada. O tal vez, y sólo tal vez, haya que buscar un equilibrio, aceptarnos y no tratar de ser nadie más que nosotros mismos.