¡Así es señores! Es el Puente del Inca.
Custodiado de cerca por el Aconcagua, y ubicado en la provincia de Mendoza, tiene sus orígenes en la era de hielo y, gracias a ríos subterráneos que erosionaron la piedra, podemos disfrutar de una de las bellezas naturales más místicas que tiene nuestro país.
Increíblemente, las aguas de manantial son un baño termal, que llevó al hombre a construir en 1925 el Hotel Puente del Inca. Lamentablemente, la naturaleza fue más fuerte y en 1965 fue destruído por un alud; ¿la capilla que aparece en la foto? de milagro, se mantuvo en pié.
El color amarillento de la piedra se debe al azufre que contiene el agua, que por otro lado, disminuyó su temperatura en comparación con la que tenía a principios de siglo.
Si bien en la actualidad el paso está clausurado por peligro de derrumbe, es por demás digno de visitar. Muy recomendable.
Gracias a Brunito, a Shem y a Moni por sus comentarios.
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