Algunos dicen que lo que nos diferencia de los animales son la capacidad de razonar y resolver ciertas cuestiones, otros -en cambio- afirman que la principal diferencia es que nosotros podemos proyectarnos a futuro.
Sin embargo, a partir de ahora quiero compartir una teoría fundacional en este tema de diferencias entre homo sapiens y animales.
La desigualdad más importante es que el hombre posee la capacidad de aguantar.
Cuando un perro tiene hambre, come o jode hasta que le dan de comer.
Cuando un gato se esta meando, va y mea, no espera hasta que este el corte comercial.
Cuando un mono esta caliente, va y... bueno, ya sabemos lo que hacen los monos.
Y así sucesivamente con cualquier tipo de especie.
En cambio el hombre aguanta y espera. Aguantamos un trabajo que no nos satisface, aguantamos una carrera que ya sabemos desde hace tiempo que no nos gusta, aguantamos burlas, soportamos relaciones destinadas al fracaso desde el mismo momento que termina el primer beso, "aguantamos los trapos", etc.
Y hacemos todo esto porque alguien alguna vez inventó la palabra esperanza y Diego Torres, tiempo después, la puso en una canción que dio vueltas al mundo.
Pero muchas veces esta sensación que produce la esperanza tiende a desaparecer y los humanos tendemos a explotar.
De este modo algunos explotan para adentro (implotan) y el corazón les dice basta y los deja fríos. Otros deciden que no van a aguantar más burlas de sus compañeros de colegio y creen que la mejor forma es llevar un arma y disparar a discreción.
Hay ciertas personas que aguantan hasta que una voz interior les dice que deben salir corriendo de ahí, entonces mandan al carajo a su jefe y se van de la oficina con una sonrisa y muchísimos problemas a futuro.
Los que no quieren aguantar más las relaciones, dicen que no sos vos, soy yo.
Y así vamos aguantando y soportando cosas que nos hacen mal, a personas que nos hieren y un montón de cosas más. Lo que no nos damos cuenta es que estas cosas que aguantamos nos van erosionando el autoestima y la calidad de vida.
Lo más sano que podríamos hacer es dejar de aguantar, pero ahí tenemos otra diferencia con los animales ya que los hombres y las mujeres no estamos preparados para hacer lo más sano para nuestra especie.
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2 comentarios:
Chapeau!!
Y sin embargo, mañana nos vamos a levantar y vamos a aguantar al jefe, a la pareja y a los varios etc. etc. etc. que nos rodean...
Pero, ¿Me va a decir que en el aguante cotidiano no encontró esos pequeños, llamémoslo, placeres que lo hacen más llevadero? Por ejemplo, el mio es arruinarle la concentración al jefe y obligarlo -sin que se de cuenta- a empezar... unas 20 veces lo mismo...
Beso
A veces las buenas cosas llegan tarde...como yo a esta entrada!
Tiene razón, mucha razón (para variar): creo que el único instinto que compartimos con los animales es el de la procreación. En cuanto a los demás (supervivencia, conservación, cooperación), nos hemos encargado de viciarlos de raíz.
Saludos
PD: Y piense más seguido que también piensa muy bien, y tan entretenido como cuando no lo hace ;).
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