Bueno, se que soy el menos indicado a la hora de hablar de la participación en este espacio. No necesito que nadie me de una palmada en el hombro y me diga: “che, fijate que hace un tiempito que no colgas nada en el blog”
Sin embargo, creo que como dice la Biblia, ¿quien se siente libre de pecado, como para lanzar la primera piedra? considero que nadie debe rasgar sus vestiduras, sino que es cuestión de tomar las cosas con la responsabilidad que corresponde. Y antes de que me maten frente a los lectores, vuelvo a aclarar que soy el que más me tengo que responsabilizar.
Hecha esta aclaración, y teniendo en cuenta que hace mucho que no digo nada, y que el silencio aquí no es noticia, me gustaría reflexionar sobre lo sucedido en las elecciones del pasado 28 de octubre.
Lo primero que me viene a la mente cuando alguien saca el tema, es la palabra vergüenza. No quiero ser “supercrítico”, no me queda bien ese papel, pero las cosas hay que decirlas como son. Fueron los comicios mas mal desarrollados desde la vuelta de la democracia.
Hay varias cosas que merecen la pena ser mencionadas. El retraso de una hora en la finalización de la elección no es casual. Y la responsabilidad es amplia. Va desde la inoperancia de las personas seleccionadas para ser presidentes de masa, pasando por la "misteriosa" falta de boletas de las fuerzas mas importantes de la oposición, llegando a los ciudadanos que por el temor a que nos obligaran a quedarnos como presidentes de mesa, fuimos (me incluyo) a votar mas tarde de lo que hubiéramos deseado. Ahora, colas de más de una hora para cumplir con un derecho y un deber cívico, es demasiado.
Si se tienen 100 personas adelante puede ser, pero 10…
Algo huele mal en lo sucedido en las elecciones, todo sucedió en un ambiente muy enrarecido. La victoria de la candidata oficial, está fuera de discusión, creo que es inobjetable. Ganó con un margen estupendo, pero hay cosas que no cierran. Como por ejemplo lo sucedido con los primeros datos oficiales, que misteriosamente no contemplaban los puntos del país donde la oposición de la coalición cívica se hacía fuerte, la falta de respeto por parte de la candidata oficial en el hecho de no esperar a tener datos de al menos el 50% para proclamarse como la vencedora, la ya nombrada falta de boletas opositoras, la tardanza general en los comicios, etcétera.
Todo esta ennegrecido con los fantasmas del fraude electoral.
Hagamos un planteo lógico. Vas a votar al candidato x, te comes una fila de una hora y media con solo 15 personas delante tuyo, cuando finalmente entras al cuarto oscuro, te das cuenta de que faltan boletas del candidato x, ¿vas a tener ganas de retrasar tu estadía en el comicio, pidiendo por las boletas faltantes? Deberías hacerlo pero...
En mi caso, me lleve la boleta de mi casa, pero se sabe que mucha gente votó a cualquier partido por la ausencia de las mismas, beneficiando al oficialismo.
No se, es complicado, pero todos estos sucesos, es bueno tenerlos en cuenta para las próximas elecciones, con este tipo de cosas es con las que los políticos se van quemando en sus propias acciones. El problema es que cuentan con una ayuda excepcional, y es la memoria de mierda que tiene este país.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
3 comentarios:
y si, son todos una manga de garcas.
que queres?
la politica es una mierda!!!!!!
mi consejo es no votar.
no, hay que votar, pero bien.
no votar al pedo.
y que es votar bien, ir peinadita, con trajecito de domingo y pintada¿?
Publicar un comentario