lunes, marzo 12, 2007

Extremistas en la derrota y en el éxito: ¿no vamos a aprender?

“Noticia de último momento: Cañas derrotó a Federer” anunciaba el cartel en letras mayúsculas del canal de noticias TN cuando mi zapping furioso se detuvo en una alegre pausa por el compatriota.
Claro, no era para menos; por un lado, el tenista Guillermo Cañas, cortó una racha consecutiva de su par suizo Roger Federer, y eliminó de ésta manera al número 1 del torneo de Indian Wells con un enérgico 7-5 y 6-2; por el otro, había defendido el récord de 46 victorias al hilo que poseía el emblemático Guillermo Vilas, el cual corría peligro si Federer avanzaba en el torneo.
Imaginaba los títulos de los periódicos de la mañana siguiente, con un argentino triunfante en la tapa, defensor de la historia del deporte nacional y demostrando que, una vez más, los argentinos somos mejores que todos... aunque el resto del mundo diga otra cosa.
Una vez en casa, le comenté a mi viejo: “¡qué me decís de Cañas!”. Pero lejos de obtener una respuesta fervorosa de un fanático del deporte en demostración del que sería un hecho histórico, me encontré con un: “pero si estaba lesionado el suizo...”.
¿Puede ser que siempre hay algo raro? ¿Podemos mentirnos tanto? ¿Es necesario dar la noticia del triunfo sin aclarar que el número 1, tal vez, quizás, en una de esas, no se encontraba en sus óptimas condiciones físicas?
Enseguida ingresé en las páginas on line de los diario y los titulares me generaban la duda. ¿Mi padre es un pesimista? No, allí abajo, una línea, el periodista especializado rezaba: “Federer pidió intervención del médico en dos oportunidades por molestias en uno de sus tobillos”, y punto. Sí “punto”; “esto no es importante señores”; “ganó Cañas y no me importa cómo”; “somos los mejores”.
Ahora, con todo esto, tengo que escribir una conclusión ¡Justo yo que venía minutos antes escuchando la radio del auto, criticando a Nora Perlé en su nocturno programa de radio por ser tan pesimista y decir que los argentinos siempre cometemos los mismos errores, y que nos olvidamos del pasado y que no valoramos todo aquello que alguna vez vivimos y disfrutamos!
¡Má sí! ¡Ganó Cañas! Y si el suizo se lesionó, que se embrome. ¡Qué me impora que estemos hablando de deporte y del espíritu deportivo! ¡Y para qué voy a destacar la caballerosidad del número 1 que en vez de retirarse de la cancha como pudo haberlo hecho, se quedó y jugó hasta el final! ¿Para qué?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cañas le volvio a ganar
y el suizo Federer esta vez no estaba lesionado....
en que quedamos?¿